Cuidar nuestra alimentación debe ser un aspecto fundamental para edificar una buena salud y la sociedad cada vez está más concienciada en este aspecto. Pero nadie contaba con que íbamos a atravesar un periodo excepcional en el que nos hemos visto privados de buena parte de nuestra actividad física y en el que los estados de ansiedad han sido más frecuentes de lo habitual. El resultado es que durante la cuarentena hemos cogido de media entre tres y cinco kilos, nada especialmente grave, pero que si debemos empezar a atajar desde ya.
Llenar la cesta de productos saludables es una de las primeras medias a tomar en esta nueva etapa en la que nuestro objetivo es alcanzar nuestro peso ideal y que nuestro cuerpo consigue ese equilibrio entre la energía consumida y la gastada. Pasar más tiempo en la cocina, consultar recetas apropiadas a nuestras necesidades y reeducar nuestro paladar son otras de las claves para encontrarnos mejor gracias a una alimentación correcta.
Cada persona encierra un caso particular, y más allá de recetas mágicas y tutoriales lo mejor es acercarnos a una consulta y dejarnos asesorar por profesionales nutricionistas. Sin embargo, hay un caso en el que nuestro ejemplo diario es fundamental para conseguir un efecto a largo plazo. Hablamos de los niños y de la importancia de educarlos en un consumo sano y responsable de los alimentos.