Las instalaciones Deporjuventud se convirtieron el viernes en un escape room por San Valentín. El reto era poder escapar del recinto con las pruebas que dispuso la organización abordando la diferencia entre conductas violentas o verdaderamente afectivas dentro de una relación de pareja. Los jóvenes respondieron bien a esta propuesta y ocuparon todas las plazas disponibles en cuatro pases de 25 personas. En cada pase se dividieron en dos grupos para desarrollar la prueba.
El escape room ‘Lo llaman amor’ sirvió de entretenimiento para los participantes al mismo tiempo que trabajaron la prevención de la violencia de género desde la coeducación. La organización se mostró muy satisfecha con la gran respuesta de los jóvenes que participaron.
