Con la del pasado sábado son ya 39 las ediciones que se han celebrado en Coín del festival de bailes populares. Un evento cultural y musical a través del cual nos acercamos a nuestras raíces a la herencia recibida de las generaciones anteriores y a un patrimonio, que de no ser por los hombres y mujeres, niñas y niños que integran estos grupos folclóricos de danza y de cantes correrían serio peligro de desaparecer. En Coín contamos desde hace cuatro décadas con Estoraque, que vela por el cuidado de ese patrimonio y afortunadamente en otros rincones de España colectivos similares a Estoraque realizan una labor similar. Cada mes de julio desde hace casi 40 años esos grupos se reúnen en el parque de San Agustín y emprenden un pasacalles en el que presentan al pueblo de Coín una esencia del arte popular que llevan protegiendo y desarrollando desde hace años. Por todo ello, en el salón de plenos del ayuntamiento de Coín, tras recorrer las calles Vicario y la Feria, la corporación municipal recibe a los representantes de los grupos que nos visitan.
Esa responsabilidad, pero también esa satisfacción por preservar parte esencial del patrimonio que nos ha sido legado es lo que motiva a los representantes de estos grupos que el pasado fin de semana nos visitaron y que pronto recibirán la visita del grupo de danzas Estoraque. Por que en el fondo lo que nos une es mucho más de lo que nos separa.
Esos flujos de ciudadanos de una y otra parte que se detienen en lugares diversos y trasmiten y ofrecen parte de su cultura, cobra aún mayor trascendencia cuando hablamos de zonas fronterizas, no ya con otras comunidades sino con otros países. Es el caso del grupo el Despertar, de Cedillo, en la provincia de Cáceres, que se enriquece de la mistura entre España y Portugal.
Todo ello lo saben bien en Estoraque, nuestro grupo municipal de danzas que es uno de los más veteranos de España y que se acerca a un aniversario muy especial, el cuadragésimo que cumplirá en 2020. Y llegará a esa fecha haciendo lo que mejor saben, potenciar desde la base, inculcando a los más pequeños, el amor por una parte esencial de nuestras cultura y de nuestra manera de entender la vida.
