Por segundo año consecutivo la semana santa se ha celebrado sin desfiles procesionales y la comunidad cristiana se ha reunido durante el triduo pascual en la iglesia de San Juan, donde han asistido a los oficios religiosos desde el miércoles Santo al domingo de resurrección.
Comenzamos el repaso a esta peculiar semana de pasión coineña en la tarde del miércoles santo, en la que se celebró una misa previa al triduo pascual y que estuvo presidida por la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, titular de la hermandad que debía haber procesionado en la noche del miércoles junto al Cristo del Perdón.
En la tarde del jueves se iniciaba oficialmente el tiempo de Pascua, tras la cuaresma y arrancaba ese triduo pascual con la conmemoración de la última cena. Por motivos de protocolo sanitario no se pudo realizar uno de los actos tradicionales en esta jornada como es el lavatorio de pies.
Antes del inicio de la eucaristía hablamos con uno de los colaboradores habituales de Canal Coín Televisión para este tipo de retransmisiones, Rafael González, que valoraba esta atípica celebración de la semana de pasión para la comunidad católica de Coín.
Tras el acto litúrgico los fieles se dirigieron al monumento habilitado en uno de los altares del templo mayor de Coín en el que como manda la tradición se reservó la hostia consagrada hasta la jornada siguiente.
Esa jornada del viernes Santo, estuvo marcada por el recogimiento de la muerte de Cristo, y por no celebrarse por tal motivo una eucaristía como tal. Se procedió a la lectura de los evangelios y se contó además con un acto muy importante para la comunidad cristiana como es la adoración a la cruz. Los asistentes fueron desfilando ante la cruz en uno de los actos más emotivos dentro del triduo pascual. En un lugar preferente del templo también quedó instalado el Santo Sepulcro durante toda la celebración.
Así se llegó a la mañana del domingo de resurrección en la que a primera hora del día se conmemoró la vigilia Pascual encendiéndose y bendiciéndose un fuego fuera del templo. De ese fuego se encendió el Cirio Pascual, la gran vela que simboliza a Cristo Resucitado. Un acto solemne que simboliza el centro del año litúrgico, y que por las normas sanitarias vigentes se ha trasladado de la madrugada del domingo a las primeras horas del día.
La Semana Santa 2021 ha permitido a los feligreses participar de una serie de actos litúrgicos a los que ni siquiera tuvieron acceso el pasado año, cuando la primera ola de la pandemia obligó a suspender cualquier conmemoración. En cualquier caso, desde el ayuntamiento se confía en que para el próximo año se puedan recuperar todos los elementos habituales de la pasión coineña y las calles del municipio sean de nuevo el punto de encuentro del mundo cofrade.
