Las celebraciones de eventos se han visto afectadas por la pandemia ya que la normativa sanitaria ha modificado las condiciones en las que se tienen que desarrollar. La reducción del aforo en interior a 100 personas y de 150 en el exterior han convertido las bodas en encuentros menos multitudinarios y más íntimos.
Los salones de boda se han adaptado para garantizar la seguridad de los invitados. El canapé se sirve de forma individual y asistida, se suprime el baile y la barra libre, diez personas ocupan cada mesa guardando la distancia de seguridad y la fiesta finaliza a la una. Ante estas condiciones, algunas bodas se han adelantado, otras se han aplazado y otras tantas se han adaptado.
De una forma u otra las parejas continúan celebrando sus enlaces matrimoniales, en los que más importante que la forma de hacerlo prevalece la ilusión por compartir con las personas más cercanas ese momento especial para ellos.
