Coín celebró el fin de semana la romería de la Virgen de la Fuensanta. El peregrinaje arrancó el sábado por la mañana con cientos de personas en la calle, preparadas para celebrar la fiesta en honor a la patrona. El ambiente en la calle, el colorido de los trajes y las carrozas engalanadas reflejan la importancia de este festejo en el que se une el fervor religioso con la diversión. Tras recibir la bendición del guía espiritual, los romeros encabezados por los representantes de la hermandad de la Virgen de la Fuensanta y los representantes institucionales, comenzaron el recorrido hacia la ermita.
El trayecto se convirtió en una fiesta con gente en carrozas, andando, a caballo o esperando para ver la romería. Una fiesta donde se mezclan los sentimientos religiosos y la tradición popular con la diversión y la exaltación.
Uno de los momentos más populares tiene lugar donde los romeros se refrescan en el río Pereila, donde tradicionalmente los veteranos bautizan a las personas que acuden por primera vez a esta fiesta.
Una vez que los peregrinos llegan a la ermita pasan por el santuario para visitar a la patrona y realizar las ofrendas. Posteriormente, se sumergen en la fiesta en las casetas del Llano de Las Marías, una jornada de convivencia entre amigos y en familia.
La celebración solamente se interrumpe por la eucaristía que se celebró la noche del sábado, tras la cual la patrona hizo su tradicional recorrido por el llano. Ya la mañana del domingo se realizó la votación para elegir a la carreta que por la tarde se encargaría de trasladar a la Virgen al pueblo.
Las carretas fueron llegando poco a poco a Coín ante numerosos vecinos que esperan en la Alameda la llegada de la patrona. Cerrando la peregrinación llegó la Virgen de la Fuensanta arropada por los romeros. Al llegar a la iglesia de San Juan, tuvo lugar el acto de bienvenida a la patrona y aquí estará hasta la próxima primavera.
