Las altas temperaturas suponen un riesgo para la salud, ya que las radiaciones solares pueden dañar la piel y los ojos, mientras que el calor excesivo eleva las posibilidades de afectar a la acción de ciertos medicamentos y multiplica el riesgo de deshidratación. Por todo ello, el sector farmacéutico ofrece consejos que nos ayudan a disfrutar de un verano sin riesgos. El uso de filtros solares son lo mejor para combatir los peligros para la piel y los ojos también pueden dañarse, por lo que hay evitar las exposiciones al sol y usar sombreros y gafas. La protección de los oídos en el contacto con el agua también es muy importante especialmente en los más pequeños de la casa, para evitar molestias e infecciones. Otros de los posibles efectos de las altas temperaturas es la repercusión sobre la correcta acción de los medicamentos, especialmente en el caso de tratamientos crónicos. #noticias #colectivos