#noticias #navidad El roscón de Reyes es el último dulce típico de la Navidad que nos comemos en estas fiestas y también el primero del año. Y como siempre los obradores de Coín trabajan culminan en estos primeros días de enero un trabajo iniciado hace semanas. El objetivo es satisfacer el deseo de los numerosos vecinos que no se resisten a comenzar el día de reyes con un buen roscón para el desayuno. La campaña de este año se ha cerrado con buenas ventas y la renovación de la apuesta de los consumidores por el producto artesano. Con productos naturales como huevos, harina, azúcar y mantequilla se consigue una masa dulce y esponjosa que hace las delicias de todos los que lo prueban. Su elaboración no guarda ningún gran secreto además de elaborarlo con buenas materias primas, pero en ningún lugar se hace como en los obradores artesanos locales que nos garantizan la mejor calidad en este dulce. Aunque el roscón clásico es o bien un dulce seco o relleno de nata, en los últimos años se han ido incorporando nuevos sabores que permiten al consumidor encargar roscones casi a medida. También se facilita su recogida para que esté a punto en la mañana de reyes y cada vez más se consume también cuando pasan las fiestas. La tradición del roscón en España se remonta a cientos de años y es heredero directo de la pastelería típica de influencia musulmana. Dentro del dulce se esconden dos sorpresas, una figurita para el más afortunado y un haba para el que deberá pagar el roscón.