Las empresas de servicios de primera necesidad, como las de alimentación y comida preparada, no han cesado su actividad durante la pandemia. Aunque al inicio del estado de alarma la situación fue más complicada por la falta de pautas a seguir hasta la publicación oficial de las normas, tras dos semanas de inactividad, tuvieron que continuar con la presión del momento y optando por el reparto a domicilio para poder mantenerse.
Durante estos meses, algunos clientes del servicio de comida para llevar han mostrado más prudencia, miedo o angustia que otros, pero en general el contexto ha sido controlable. Los establecimientos se han adaptado a la normativa.
Ante la situación actual y para continuar prestando un buen servicio de reparto a domicilio, es necesario que los ciudadanos respeten las indicaciones sanitarias como el uso de mascarilla, también cuando se recibe a una persona que está trabajando en la distribución de la comida, y tener un poco de paciencia.