Desde que llegó el coronavirus la actuación del sector sanitario ha sido fundamental. Al hablar de ello siempre pensamos en los profesionales de hospitales o centros de salud, pero hay otro sector que también se ha tenido que reforzar durante la pandemia, como es el farmacéutico. El medicamento es un bien universal y todos los ciudadanos tienen derecho a poder acceder a él. Esto junto con la vocación profesional, ha hecho que el mismo servicio esencial se adaptara a la situación, a pesar de la inexperiencia y las circunstancias cambiantes.
Las farmacias han adoptado medidas como espacios acotados para posibles casos positivos, distancia, mamparas, aforo limitado y desinfección. En definitiva, suelen ser el primer lugar al que acuden las personas cuando están enfermas, gracias a su accesibilidad a un profesional sanitario y a que algunas personas se resisten a ir al médico por miedo o circunstancias sociales difíciles.
Y la situación continúa complicada. Las autoridades sanitarias auguran unos meses de octubre y noviembre duros. Diez regiones de España son las que en peor circunstancias se encuentran de Europa y los ciudadanos se han relajado, tienen menos miedo que al principio y confían demasiado en las relaciones cercanas, a pesar de que el virus continúa azotando a la población. En este escenario acotar los contactos es fundamental.
Actuar con responsabilidad respetando las medidas sanitarias de seguridad para acabar con la red de contagio del virus será la única forma de superar esta pandemia.
